Entre la vegetación cabe destacar la Selva de Sallent, un magnífico hayedo que en otoño se tiñe de colores rojizos y que acaba perdiendo las hojas en octubre, dejando una suave almohadilla que crea un entorno mágico para pasear.

Además, en el hayedo también podréis encontrar algunos arbustos como el boj, anayones o alguna hierba graminoide como el lirio o bonitas liliáceas pero en menor medida, puesto que la espesa sombra de las hayas, de entre 20 y 30 metros, apenas dejan penetrar la luz del sol.

Sobre los 1.700 metros, por encima de los hayedos anteriormente mencionados encontramos el pino negro, puesto que es de los pocos que puede resistir la isoterma de 0ºC (posibilidad de helada todos los meses del año), las nevadas prolongadas de noviembre a abril y una gran insolacion. Este árbol se caracteriza por una copa cónica-piramidal, con hojas oscuras y cortas que dan nombre al pino.

Estos entornos se caracterizan por un denso sotobosque de rododentro o anayones con la compañía de algún serbal de cazadores o enebros.

Por encima de los 2.200-2.300 metros encontramos una zona de árboles aislados que intentan sobrevivir en un clima de montaña adverso, por tanto a esta altitud encontraremos principalmente pastos supraforestales.

Desde la antigüedad la ganadería ha necesitado aclarar los bosques para crear más pastos, en esta zona se practicó el incendio de parcelas para crear estos pastos, con los montones de tierra y ceniza resultantes se formaban las conocidas como "formigas" las cuales servían como abono mineral, de esta práctica podría venir el nombre de Formigal.