GIGANTE DE SALLENT, FERMÍN ARRUDI
En la céntrica plaza situada en el edificio del Ayuntamiento de Sallent y en su casa natal, se eleva una estatua a tamaño natural, de uno de los vecinos más renombrados y conocidos de Aragón y en particular de Sallent de Gállego, como fue Fermín Arrudi, El Gigante de Sallent, que con sus 2,29 cm. de altura, llevó el nombre de Sallent por todos los rincones del mundo, asombrándoles con su estatura y fortaleza.
Fermín Arrudi Urieta (Sallent de Gallego, 7 de julio de 1870 - 2 de mayo de 1913), conocido también como el gigante de Sallent, el gigante aragonés y localmente como o chigán aragonés, fue un personaje famoso en todo el Pirineo aragonés por su estatura, llegó a medir 2,29 m y viajó por gran parte del mundo mostrando su altura. Rafael Andolz y David Dumall han escrito sendos libros en los que se relata su vida.Nacido en "casa Sorda" Fermín fue un bebé más bien pequeño nacido de unos padres de estatura normal, pero a partir de los 11 años según unas fuentes y de los 15 según otras, empieza a pegar un estirón que se alargaría hasta los 25 años cuando llega a medir 2,29 m de altura, aunque algunos dicen que llegó a 2,40m, y superando la talla de todas las personas conocidas en su época. Inicialmente trabajó en la estación de Canfranc pero al poco tiempo se dedicó a exhibir su enorme cuerpo. Al principio localmente, en una fiesta del Pilar en Zaragoza, cuando contaba con 21 años y su altura era de 2,19m, y posteriormente por casi todo el mundo. En Europa se exhibió en ciudades de Alemania, Holanda, Bélgica, Austria y Francia. En Norteamérica por algunas de EEUU, también lo hizo en Sudamérica, el Caribe y hasta en África donde estuvo en Argelia. Se tiene constancia de los lugares que visitó por que su presencia dejaba reseñas y titulares en la prensa de aquellos lugares que visitaba. Fue exhibido en la Exposición Universal de Paris de 1900. Amenizaba sus exhibiciones tocando instrumentos y cantando jotas. El musicólogo Demetrio Galán al escribir El libro de la jota aragonesa, le recordará años después dejando escrito que tocaba “la guitarra, el violín, el laúd, la pandereta, los hierrecillos, el requinto, la bandurria, la flauta y el armonium”, y todo de forma autodidácta pues nadie le enseñó a tocarlos.